La instalación de un pavimento industrial continuo requiere un proceso preciso para asegurar su durabilidad y resistencia.

Preparación de la superficie: Se limpia y nivela la superficie, eliminando aceites, grasas o polvo. En algunos casos, se realizan fresados o lijados para asegurar una mejor adherencia del pavimento.

Imprimación: Se aplica una capa de imprimación para garantizar la adhesión del pavimento y mejorar su comportamiento a largo plazo.

Aplicación del pavimento: Dependiendo del tipo de pavimento (epoxi, poliuretano, etc.), la mezcla se aplica uniformemente sobre la superficie, logrando un acabado continuo y sin juntas.

Acabado: Si es necesario, se personaliza con texturas antideslizantes o capas de sellado para mejorar su rendimiento.

Curado: El pavimento necesita un tiempo de secado antes de ser utilizado, asegurando su máxima resistencia y durabilidad.

Este proceso garantiza un pavimento de calidad para entornos industriales exigentes.